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​HÁBITAT PARA EL ESPACIO PROFUNDO

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_2016-2020​   

​  Hábitat para el espacio profundo, es un proyecto artístico relacional e instalativo, se inicia como una propuesta reflexiva y colaborativa  que torna en un archivo antropológico indefinido, una acumulación de cajas y objetos que generan un imaginario colectivo, una recreación simbólica de lo esencial  para supervivencia de lo humano , de lo social, para abordar conceptos como territorio, propiedad, migración o colonización...

    Proyecto dirigido por Tania García, con la colaboración de Sonia Cabrera Pinto, Jorge Ruíz Falcón, Sofía García Joaquim, Fran Ruiz Falcón, María Abía Rodríguez, Noelia Rodriguez Hndz, Tatiana Ribell Alonso, Manuel Ángel Pereda Viña, Nidia Van Allen, Igone Urquiza Valiente, Pedro Déniz, Luis Lanchares Lanchares Bardaji, Luis Eduardo Carballo Pérez, Silvia Zurro, Davinia Jiménez Gopar, Analía Beltrán i Jades, Pilar Gonzalez Concepción, Cristina Molowny, Cristina Suarez, Guayarmina Rijo Molina, Abraham Riverón Miranda, Mabel Martín, Javier de la Rosa, Sylvain, Macarena Guijarro del Castillo, Belén Ingiro, Jorge García... 

    La idea de “otros mundos posibles” ha impulsado al ser humano desde sus orígenes hacia la creación de un imaginario que articule la posibilidad de la vida en un planeta distinto; desde planteamientos mágicos hasta científicos, pasando por las imágenes más futuristas que rayan lo distópico. Mundos (im)posibles que abrirán la puerta a vidas futuras. 

    Diferentes perspectivas que suponen un anhelo casi inherente a la esencia humana: el misterio, el miedo a lo desconocido y al pleno vacío del universo, sumados al ego colonizador, que busca erigirse en la especie dominante del Espacio Exterior y la necesidad de un planeta en el que empezar de cero. Este último planteamiento ha cobrado especial importancia desde hace décadas: las visiones apocalípticas que preconizan futuros de destrucción generan la necesidad de un planeta al que huir una vez agotados los recursos de éste.

Fragmento de texto  expositivo de Sonic Cabrera

   Desde que en la década de los sesenta comenzaran a enviarse sondas a Marte, la idea de que el planeta rojo fuera el destino de nuestra civilización cobra fuerza y muchos comienzan a imaginar cómo sería nuestra vida en otro mundo. Los científicos plantean qué requisitos deben cumplir los trajes que nos permitan adaptarnos a su “pequeña atmósfera”; qué materiales conseguirían aislar el cuerpo humano de las partículas radioactivas a las que es sometido el cuerpo en el viaje, en qué condiciones podríamos cultivar, etc. En el imaginario popular, mucho antes, la ciencia ficción ha creado mundos en conflicto, tensiones estelares e interestelares, colonizaciones fallidas y no tanto... 

Fragmento de texto  expositivo de Sonic Cabrera

   Pero por fin, llegado el momento, las cuestiones a debatir, las que atañen a todos los seres humanos, las que se hablarían no sólo en los círculos de erudición o en los de pura fantasía serían las relativas a la implementación de modelos, ¿qué tipo de sistema político? , ¿qué modelo de desarrollo?, ¿imaginamos un paraíso natural que emule el perdido en la Tierra con el conocimiento y los medios que hagan que no cometamos los mismos errores o utilizaríamos la técnica más sofisticada que robotizara todos los sistemas para crear un mundo por y para la tecnología? ¿Cómo desarrollamos el modelo del cambio? Y también... ¿Quiénes serían los elegidos?, ¿quiénes los elegirían? Si buscáramos una representación de la pluralidad terrestre... ¿no generaría en Marte los mismos conflictos que ya son la esencia misma de la convivencia en nuestro planeta? Porque, ¿sería posible partir de cero? 

Fragmento de texto  expositivo de Sonic Cabrera